Tengo un punto que estoy cegando en mi vida. Supongo que será por el olvido; pero es imposible olvidar el pasado. El pasado ya es parte de tu vida, parte que formó heridas de la guerra de la vida en la tuya, o parte que ayudó a sanar y cicatrizar algunos otros puntos que ya habian sido heridos. No puedo evitar pensarlo más. Cada vez que se me acerca, lo siento, me angustia y me duele. Por más que lo quiera tapar, ayudar a cicatrizar con pegamentos, los cuales pienso que son fuertes pero, sin embargo, son frágiles, no puedo; vuelve y se abre otra vez. Me duele y me cuesta, y siento un fuego que me abre al medio, volviendo a evidenciar el vacío que se formó en mi hace ya meses. Muchos meses. Hace ya casi dieciocho meses, mucho tiempo que podría haber usado para mi ayuda; mi auxilio. Pero pude utilizar muy poco. Ya no lloro más, pero me sigue doliendo cuando siento su presencia a mi alrededor, cuando sigo sintiendo que me vé, me mira, me habla y no lo escucho. Me sigue doliendo, y mucho; más que mucho. Me sigue diciendo "te amo" de su forma, yo sigo ahí. Tengo miedo de querer llegar al límite cuando no quiera enfrentar más nada. Me da miedo que él sea una fuerza mayor con la que necesito estar. Lo quiero abrazar, lo quiero besar, lo quiero amar. Lo quiero entre mis brazos como hace mucho. Todavía me acuerdo y se agranda el agujero que me lastimó tantos meses atrás. Lo peor, es que a mi me parece como que ya pasó; pero me lo pongo a pensar, y jamás va a haber terminado algo así. Tengo miedo. No quiero seguir hacia adelante. Quiero tener algo, alguien en quien apoyarme y confiar. Cuando lo pienso, y en quién podría ser, pienso en él. Pienso en cómo era que me sostenía, como era que me ayudaba cuando estaba mal. Como era. Mis recuerdos no son buena fuente, y estoy empezando a cuestionarme mucho de por qué era que lo quería tanto. Por qué lo necesitaba a mi lado. me estoy dando cuenta ahora. Mi teoría es que lo necesitaba tanto porque era mi alma gemela. Otra teoría, es porque se fué justo cuando lo extrañaba más, y no lo habia visto por siete días. Los cuales habia estado amando en ese momento. Después se transformaron en los peores siete días de mi vida, y lo siguen siendo aún hoy. El siguiente mes fue el peor mes de mi vida, también. Pero el peor día, fue mi cumpleaños, el cual fue el día siguiente a su muerte. Cumplía quince, y venía planeando mi cumpleaños para el veintinueve, cuando me enteré la noticia. En el día treinta del mes de diciembre vi a mi novio, o ex-novio, ser velado y enterrado. velado y enterrado el día de mi cumpleaños. El día que se cumplían quince años de mi vida. Quince años de dar vueltas por la vida, vagando. Así me di cuenta de que era valiosa, y decidí odiar ese día y el día anterior, pero amar el resto de los días. La vida es corta, pero hay que apreciarla al máximo. Y se puede.
Si tuvo que ser de esa forma, si me tuvo que enseñar a mi lo que vale la vida de esa forma, así fué, y me enseñó mucho. Lo suficiente como para seguir adelante y saber que todo lo que tengo ante mis ojos, es valioso y hay que apreciarlo. Por eso busco un cambio, y creo que ya lo encontré.
Extraño sus caricias, extraño lo que era conmigo, y extraño su forma de ser. Igualmente le podría decir gracias y abrazarlo muy fuerte en este momento, porque es lo que estoy necesitando... un abrazo suyo, y un adiós formal; algo con lo que me explique todo, con lo que me diga que me extraña tanto como yo a él, con el que me diga que nunca dejó de quererme como en uno de mis últimos sueños que tuve, a fin del año pasado, en el que estaba él, y que no parecía agradale la vista de mi ser. Así que con esa imagen me quedé yo, por lo que no me siento bien cada vez que pienso en él, y mucho menos cuando pienso en que ya no está.
Me sigue doliendo.
No comments:
Post a Comment