Palabras y música.

Las palabras pueden expresar todo, menos los sentimientos o la música. Si yo quiero explicar la felicidad, la tristeza o el amor, puedo intentarlo, pero no voy a lograr el resultado perfecto. La música puede ser descripta, pero cada persona va a tomar la melodía de forma diferente, a menos que sea percibida con la audición. Si se menciona una obra escrita por uno de los grandes compositores de la historia del mundo, la mayoría de las personas sabrían reconocerla, ya que es mundialmente conocida. Sin embargo, si se intenta explicar, las palabras jamás serían suficiente para expresar la belleza de la música y lo que ésta guarda tan profúndamente en su interior. Cada nota, cada tono, cada armonía, todo en una sola obra que expresa un sentimiento que el autor quiso describir, y logró, tan fácilmente. Las palabras pueden contar una historia, pueden ser leídas, pueden ser las más conmovedoras que alguien haya leído en la integridad de su vida, pero esto jamás será completo sin música. Tantos momentos compartidos en nuestras vidas por palabras y música, los humanos hemos aprendido a vivir con ellas. Cada momento está repleto de palabras, cada instante lleno de música. Todo lo que nos rodea, sin pensarlo, es una obra de arte con palabras y música flotando hacia nuestros oídos, haciendo vibrar nuestros tímpanos, llevándonos a algún lado remoto, o simplemente a nuestra alma o inetrior, donde nos conectamos todos en los sentimientos. Lloraremos juntos, reiremos juntos, amaremos juntos. Pero nunca sabremos cómo describir completamente un sentimiento sin la perfección de la música. Intentaremos describir todo esto con palabras, con comunicación; pero jamás se logrará el mismo resultado. Hay momentos en los que se puede oir música en las palabras que uno habla, pero la descripción de ésta, jamás será igual para una persona que para otra. La música y las palabras están interrelacionadas, pero jamás compartirán los mismos sentimientos. Se pueden utilizar para describirse unas a otras, pero jamás será igual.